martes, 5 de junio de 2018

El proyecto Agronautas... es lo que somos.


Siempre nos ha gustado pensar a los huertos comunitarios como laboratorios ciudadanos donde las sustancias –nosotras, las personas– se  precipitan, se saturan, se diluyen y donde se generan reacciones químicas impresionantes.

Agronautas fue la oportunidad de demostrar que con compromiso, esfuerzo y mucho humor los procesos colaborativos de autoconstrucción son posibles y replicables en espacios urbanos como son nuestros huertos .

El proyecto Agronautas se planteó como la creación de un espacio de aprendizaje abierto a todas las personas que quisieran participar. Llevamos sobreviviendo a varios veranos sin sombra y desde hace tiempo se valoraba la necesidad de una estructura que nos permitiera tener un lugar donde “pasaran más cosas”. Un lugar para reunirse, para hablar, para tomar decisiones, para compartir nuestras propias existencias. Era necesario un ágora.

A través de varias jornadas de trabajo y gracias al apoyo de Pez Estudio, un equipo de arquitectas dinamizaba cada una de las sesiones. Nos centramos entonces en la producción, instalación y puesta en marcha de una infraestructura que nos permitiera seguir pensando otros futuros posibles para las ciudades que habitamos.

Pero no sería una estructura cualquiera. Queríamos que fuera como nosotras: heterogénea, polimorfa, orgánica, con muchos puntos de apoyo, con diferentes alturas, irregular, desordenada, que tuviera en cuenta al entorno y estuviera construida de elementos naturales… que fuera como la propia naturaleza.

La llamamos "La Estructura Loca", reivindicando el concepto de la locura como aquello que nos hace salir de la norma establecida y de los cánones de “cómo deben de ser las cosas”. Queríamos que fuera reflejo de la diversidad de la que estamos hechos.

A lo largo de varias jornadas de trabajo desde diciembre y con la participación de alrededor de 15 personas, La Loca fue inaugurada en el mes de mayo de 2018. Una cubierta amarilla y blanca permite además que en los días de verano sea posible protegerse del implacable sol madrileño. Bajo La Loca queremos además generar un espacio que nos permita realizar otras actividades en el huerto, además de cultivar y cosechar. Queremos que sea un espacio de ocio, de lectura, de reflexión, de diálogo, y de disfrute.

Desde esta, nuestra pequeña isla en las márgenes de las vías del tren, siempre hemos concebido a los huertos como espacios de transformación social donde suceden cosas que no siempre sabes cómo se van a desarrollar ni en qué van a derivar.

Y de eso va la construcción de espacios colectivos: de crear juntas, de disfrutar los procesos colaborativos y de mejorar los espacios de convivencia porque es desde ahí donde somos capaces de transformar la sociedad en la que vivimos.


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