En los huertos urbanos que van proliferando en los barrios y
municipios de Madrid no sólo brotan hortalizas y verduras sino que están
sirviendo de escenario a las más insospechadas relaciones.
Es un fenómeno que en el Huerto Urbano Comunitario de
Adelfas conocemos bien: mientras regamos podemos coincidir con la reunión del
grupo de punto Los Tricoteantes, nuestros bancos y mesas pueden servir para las
“cenas de traje” de los viernes e incluso en algún rincón hemos visto a gente
conspirando contra el “Poder”.
Los
últimos en “imbricarse en la urdimbre” (que es como
llamamos a estas cosas, no sin cierto pitorreo, en el Centro Social
Seco) han
sido los miembros del Club de Lectura de Novela Negra. En los seis años
de
andadura del Club nunca se habían reunido al aire libre y quisieron
estrenarse en
nuestro huerto, aprovechando el tiempo veraniego y la brisa que suele
correr
por las tardes. La novela que habían elegido para cerrar su curso
propició que
se hablara de crímenes, de emigración, de identidades y de racismo en un
espacio desconocido para la mayoría y, en opinión de alguno,
“surrealista” (¡gracias
por el cumplido!).
Los huertanos de Las Californias estamos encantados de haber
recibido la visita de la gente más peligrosa de Seco y como somos de natural
arrojad@s les invitamos a repetir la experiencia. Y que corra la sangre por los
bancales.
Hola. Somos vecinos de la zona y queremos saber cómo funciona el huerto, si se reparte la cosecha o si es únicamente una actividad lúdica no productiva. Gracias.
ResponderEliminarBuenas tardes, la cosecha no es gran cosa así que básicamente diríamos que es una actividad de ocio. De todas formas pasad un domingo a eso de las 12 que es nuestro día habitual de trabajo.
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